domingo, 26 de abril de 2015

Guatemala necesita llorar...


La Plaza de la Constitución rebalsa de manifestantes. Piden la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti. Foto: Twitter @lady_micu

Periodistas asesinados, altos índices de desnutrición, escándalos de corrupción y limitaciones a la libertad de expresión, son el escenario de una Guatemala que estaría a las puertas de la refundación del Estado.

Por Jéssica Osorio | Guatemala


Los últimos tres años con el control en el Organismo Ejecutivo por parte de un militar retirado que ofreció en las últimas dos campañas presidenciales impulsar una política de "mano dura", los guatemaltecos están hastiados.
Y no es para menos, las últimas dos semanas fueron clave para incrementar el descontento en la población al conocerse la integración de una estructura que por años defraudó las aduanas y que eso impactó directamente en las finanzas del Estado.
El Gobierno no logró las metas de recaudación fiscal y eso se tradujo en la aprobación de préstamos, bonos del tesoro y recortes en las asignaciones presupuestarias, esto mientras en las aduanas pasaban contenedores sin registrarse y los bolsillos de funcionarios involucrados en esos procesos de corrupción rebozaban con millones de quetzales, la moneda nacional.
Los maestros y salubristas clamaban por salarios atrasados y la situación en escuelas y hospitales es indignante. Otto Pérez Molina, el presidente, salió a decir públicamente el 18 de marzo pasado que implementarían una política de austeridad ante la suspensión del impuesto previsto a la telefonía que aprobó el Congreso el año pasado y que incrementó la brecha fiscal en el primer bimestre del presente año
La gota que rebalsó el vaso fue conocer que en la estructura de defraudación aduanera estaban involucrados funcionarios del más alto nivel, para muestra, el ex secretario privado de la aún vicepresidenta Roxana Baldetti es el cabecilla de esa banda y ahora se encuentra prófugo. Las pesquisas apuntan a que está en Honduras y pese a que se le ubicó, aún no se concreta su captura.
El jueves 16 de abril en horas de la mañana y tras una investigación a cargo de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) organismo de Naciones Unidas creado en el país en 2007, una jornada de allanamientos puso en alerta a los guatemaltecos cuando se capturó a 16 implicados en la defraudación, uno de ellos, el entonces Superintendente de Administración Tributaria Omar Franco y su antecesor Carlos Muñoz.
Ese día en horas de la tarde se supo que había orden de captura contra Juan Carlos Monzón, el secretario privado de Baldetti, pero este había salido del país en compañía de la vicemandataria quien estaba en Corea del Sur.
El  hermetismo con el que las autoridades manejaron la información fue evidente. No había suficiente información de la actividad a la que había asistido Baldetti pese a que recibiría un doctorado honoris causa, hecho que habría sido anunciado con anterioridad ante los medios de comunicación.
Ella apareció hasta el domingo 19 de abril con un aparente jetlag y no quiso precisar a la prensa la fecha exacta en que había arribado al país. El reconocimiento fue el jueves pero ella ya estaba aquí viernes al mediodía, según se constató en los registros de la Dirección General de Migración.
La CICIG tenía un pie afuera de Guatemala. El presidente había dicho que no pediría la ampliación de su mandato, pero después del escándalo y la presión social se vio prácticamente obligado a aceptar la ampliación. 


La fotografía es más que elocuente. En la izquierda el presidente Otto Pérez Molina da la mano al sonriente comisionado de CICIG Iván Velasquez tras anunciar que habrá prórroga del mandato de dicha instancia. Atrás, funcionarios del gabinete de Gobierno. Foto: AP



Población reacciona
El sábado 25, unas 30 mil almas se congregaron en la Plaza de la Constitución y ahí, entre el Palacio de Gobierno y la Catedral Metropolitana dejaron ver su inconformidad, indignación y repulsión contra las autoridades.
Esa tarde hubo cacerolas, banderas, entonación del himno nacional, consignas contra los gobernantes y la expresión popular fue contundente: La población quiere la renuncia de la vicepresidenta.
El movimiento se organizó en redes sociales, el hashtag #RenunciaYa topó los trending topics y se logró congregar a representantes de diferentes sectores, algo atípico en los últimos años, quizá la última cruzada similar fue en 1944 con la Revolución del 20 de Octubre.
La indignación cruzó fronteras y llegaron reportes de protestas de guatemaltecos en México, Inglaterra, Francia y lugares lejanos como Líbano.
Este año también fueron asesinados tres comunicadores en Mazatenango, Suchitepéquez, departamento ubicado en el suroccidente del país. El gremio también lanzó una alerta y protestó contra las autoridades del Ministerio de Gobernación, la demanda incluía la visita oficial del Relator para la Libertad de Expresión Edison Lanza, invitación que únicamente puede hacer el presidente de la República y que no se concretó. El relator acudió de manera no oficial y manifestó su preocupación por las limitaciones que tienen varios medios, entre estos, las radios comunitarias.
La indignación fue evidente en el Palacio de Gobierno. Foto: Jéssica Osorio

Lo que se viene
El Congreso de la República está controlado por tres partidos que representan mayoría y que en varios momentos se alínean. Esas mismas agrupaciones políticas son las que cuentan, según las encuestas, con la mayor capacidad de obtener votos en las próximas elecciones generales previstas para septiembre.
De concretarse la renuncia de la vicepresidenta, la Constitución Política de la República indica que el parlamento debe elegir al funcionario que ocupará ese puesto hasta que termine su mandato, es decir el próximo 14 de abril.
¿Pero, de dónde saldrán los candidatos? De una nómina que entregue el Presidente de la República, el mismo que llegó al poder con Baldetti.

Así es el sistema... El cantautor Alejandro Arriaza lo resume de esta manera: Guatemala necesita llorar.







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