miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Por qué huyen los niños de nuestros países?





Chiantla es un municipio de Guatemala ubicado en el departamento fronterizo de Huehuetenango. Es frío y verde. Su población depende en gran medida de las remesas familiares de quienes migraron hacia Estados Unidos.

Por Jéssica Osorio | Guatemala




La rutina de los pobladores varía entre el comercio, actividades agrícolas, pecuarias o artesanales y los visitantes se sorprenden al ver que los niños del lugar tienen las mejillas rojas por las bajas temperaturas. En el lugar nació Gilberto Ramos, hijo de Cipriana Juárez Díaz y Francisco Ramos.

Gilberto tenía quince años en 2014 cuando asumió una responsabilidad que más tarde le quitaría la vida. Su madre padece epilepsia y los ingresos familiares eran escasos. Esbin, su hermano mayor, migró años antes y está asentado en Chicago, pero las remesas no eran suficientes para salir adelante.

El 17 de mayo de ese año, decidió cruzar la frontera y emprender su periplo hacia los EEUU. Notas de prensa describen que su madre le dio un rosario para que lo acompañara en el viaje, mismo que sostenía en sus manos cuando su cuerpo apareció en estado de descomposición en el desierto de Texas, el 15 de julio y dos semanas después, se confirmó su procedencia e identidad por medio de un número telefónico escondido en su cinturón.


Causas de la migración de menores sin compañía


¿Por qué huyen de su tierra los niños, niñas y adolescentes hacia el Norte? ¿Qué motiva la oleada de menores no acompañados que optan por no desarrollarse en sus países de origen? La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) de México presentó en 2014 un informe en donde se exponen las causas que originan el desplazamiento transfronterizo de niños, niñas y adolescente no acompañados y separados de Centroamérica y su necesidad de protección internacional.

Según el documento, los niños migrantes huyen en primer lugar, de la violencia. Las amenazas, inseguridad e intimidaciones forman la mayoría de casos. Un menor de edad es blanco fácil para las pandillas o para el narcotráfico y en el estudio, representan el 48.6 por ciento de los casos.

Para muestra, se recoge el testimonio de Raquel, una joven hondureña de 17 años, quien describió: "Me fui porque el papá de mi hijo estaba en una pandilla y me trataba mal, siempre me amenazaba con que iba a quitarme a mi bebé. En cuanto tuve oportunidad me salí, iba con una prima a Houston, pero el camino es tan difícil con un niño tan chiquito. En Estados Unidos me dijeron que si llegaba a entregarme con la migra, y como voy con mi hijo no nos regresan y nos dan papeles allá... pero ya ve, no llegué y ya voy pa'tras...".

Otras causas son la situación económica (29 por ciento) y un 22.2% fueron casos de reunificación familiar.


Un plan para frenar la salida de niños


En el área conocida como el Triángulo Norte del istmo (Guatemala, Honduras y El Salvador), se inició un esfuerzo multinacional para promover el desarrollo y mejorar las oportunidades para las futuras generaciones. Se trata del Plan Alianza para la Prosperidad.

"En lo que va del año fiscal, comprendido del 1 de octubre 2015 al 30 de septiembre 2016 por la patrulla fronteriza, se acumularon 68 mil 80 unidades familiares detenidas. Un año antes fueron 34 mil 565", informó el experto en temas de migración Fernando Castro.

Agregó que hubo 58 mil 185 menores fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza de los EE.UU. en dicho lapso, "lo que implica que la crisis migratoria de menores no se detiene, siendo mexicanos, guatemaltecos, salvadoreños y hondureños, quienes llegan a la frontera de ese país, huyendo de la violencia, pobreza y buscando la reunificación familiar".

Castro citó estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), por sus siglas en inglés), que en agosto último citó que más de cinco mil niños no acompañados habrían sido detenidos en el Valle del Río Grande, Texas.
















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